miércoles, 12 de junio de 2013


"VISTO PARA SENTENCIA", mi columna del lunes 10 de junio en SUR

 
Cada “visto para sentencia” constituye una oportunidad para la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho.

Jesús miró a sus discípulos  y les dijo: “No juzguéis a nadie y Dios no os juzgará a vosotros. No condenéis a nadie y Dios no os condenará. Perdonad y Dios os perdonará.” (Lucas, 20, 37); sin perjuicio de las convicciones religiosas de cada uno, buen criterio general es éste para evitar juicios precipitados, opiniones infundadas y esa enorme capacidad humana para encontrar defectos en los demás que reconocemos tan bien porque los practicamos con asiduidad nosotros mismos. Dicho lo anterior, en una sociedad civilizada el conflicto existe (en las dictaduras se oculta y reprime) y su solución, cuando los interesados no llegan a un consenso, debe encontrar una respuesta justa para las partes y conforme a Derecho (orden jurisdiccional civil, social y contencioso-administrativo); cuando alguien lesiona de forma grave bienes jurídicos que la sociedad considera de vital importancia, es decir comete un delito o una falta, salvo contadas ocasiones, las partes afectadas no pueden decidir la respuesta, ésta viene predeterminada en el Código Penal, lo contrario implicaría una justicia penal a la carta donde el asesino o el estafador conseguiría el “perdón” de la victima, (probablemente con coacción o dinero) pateando derechos básicos irrenunciables. La Constitución reserva a los órganos jurisdiccionales la función de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, que implica declarar el derecho para cada caso concreto y por eso se les reviste de una potestad que el común de los mortales no tenemos, con sus consiguientes responsabilidades. Lo que juzgados y tribunales declaran en sus sentencias afecta directamente a las partes y es de obligado cumplimiento. Y estas personas con tanta capacidad para incidir en nuestras vidas no salen de la chistera, son jueces tras duros años preparando unas oposiciones, el sistema más eficaz para que sean independientes y no deban ningún favor a nadie.

Los jueces no son mejores ni peores que el resto, tienen miserias y grandezas, como todo hijo de vecino, y desde luego en el ejercicio de sus funciones no son infalibles, se pueden, y de hecho, se equivocan en sus decisiones, y para eso está el sistema de recursos y la responsabilidad disciplinaria; sus resoluciones deben ser respetadas pero también pueden ser criticadas, aunque sería conveniente que para hacerlo se lean enteras y con ciertos conocimientos para comprender que los órganos jurisdiccionales no pueden decidir libremente, lo deben hacer conforme a unas leyes que a veces son imperfectas o injustas, pero que tienen que aplicar porque de lo contrario cometerían prevaricación; es al Parlamento a quien le corresponde rectificar esas disfunciones porque a él es a quien a elegido el Pueblo, no a los jueces, que igual que el resto de los poderes públicos y de los ciudadanos, están sometidos al imperio de la Ley como expresión de la voluntad popular.

Este es nuestro sistema judicial, mejorable sin lugar a dudas, pero creo que son peores aquellos donde los jueces y los fiscales son “elegidos” en la práctica por los grupos de presión más poderosos. Hay que preguntarse, ¿a quién le conviene un Poder Judicial raquítico y sin medios?, no hace falta ser un “lince” para concluir que los grandes poderes económicos que se creen por encima del Estado y sus instituciones son los beneficiarios de una Justicia lenta y sin capacidad de respuesta, y para colmo ahora llega la “justicia para ricos” que Ruiz-Gallardón introduce con el nuevo régimen de tasas judiciales.

España es uno de los países de la Unión Europea con la ratio más baja de jueces por ciudadanos, y cambiando este panorama se podría conseguir que los lesionados en sus derechos e intereses obtengan la rápida tutela judicial. Con esta brutal crisis económica, unos juzgados dotados de medios pueden conseguir que los concursos de acreedores sean instrumentos para salvar las empresas y no el acta de defunción de las mismas. Y sin jueces valientes e independientes, el hotel Algarrobico hoy estaría en funcionamiento y no sería posible su necesario derribo, o los supuestos desmanes de algunos miembros de la familia real quedarían impunes. En el pasivo, encontramos la paradoja de que se expulsa de la carrera judicial, con argumentos jurídicos más que discutibles, a Baltasar Garzón por sus actuaciones para acabar con una trama corrupta.

 A pesar de la falta de medios, todos los días jueces, fiscales, abogados, secretarios judiciales, procuradores, funcionarios de la Administración de Justicia, en pueblos y en grandes ciudades, trabajan para que cada “visto para sentencia” constituya una oportunidad para la Justicia, que no es otra cosa que, citando a Ulpiano, la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno su derecho.

 

domingo, 2 de junio de 2013


 

"CÓMICOS", mi columna de hoy en SUR

 

Los actores son mujeres y hombres que al interpretar, han sabido “hacer” de otros siendo ellos mismos.

 

Febrero de 1975, por primera vez en España los actores defiende sus derechos con una huelga; Franco está vivo y el régimen no gasta remilgos con los “cómicos”, detenciones y fuertes multas acaban con el paro del sector, pero sacó lo mejor del mismo, con la solidaridad de figuras consagradas que se incorporaron al paro y con un apoyo general mediante colectas para sacar de la cárcel a los líderes de la protesta. Víctor Manuel le puso música al panorama cotidiano de las actrices y actores españoles, “duermen vestidos, viven desnudos, beben la vida a tragos. Son adorados, son calumniados,  como dioses de barro”. “Cómicos” era la forma genérica de llamar a todos los que interpretaban, desde las viejas compañías que recorrían la geografía española hasta los que actuaban en teatros consagrados, con la ulterior incorporación del cine y la televisión; es una profesión que ha existido desde la antigüedad y que como dice la canción recibe a la par halagos y desprecios, y que día a día se gana su derecho a la dignidad profesional y laboral con el concurso de los que escriben, dirigen e interpretan, y la necesaria colaboración de los que producen y dan la cobertura técnica para la fotografía, sonido o atrezzo. No es un oficio fácil, lo saben los actores de ahora y los del futuro que ahora se preparan en nuestras escuelas de arte dramático; antes era peor, y en “Ay, Carmela!”, Carlos Saura lo describe de forma magistral con su entrañable compañía “Carmela y Paulino, Varietés a lo Fino” o un no menos genial Fernando Fernán Gómez, que en su “El viaje a ninguna parte” nos recrea el declive de la compañía de D Arturo Galván, y su quijotesca resistencia a los nuevos tiempos.

 

El “artisteo”, como a veces de forma peyorativa se llama a los intérpretes, son mujeres y hombres que han sabido “hacer” de otros, siendo ellos mismos; unos lo harán mejor y otros no serán tan brillantes, ¡cómo en todos los oficios!, pero no acabo de entender esa inquina que a veces sufren, en especial los que al recoger un premio a sus méritos  expresan lo que piensan de la guerra o de la crisis, y si embargo esos críticos jalean con entusiasmo al galán venido a menos que califica de “manada” a los manifestantes contra el PP. En fin, gustos aparte, en este gremio hay de todo, y es evidente que defectos como la soberbia, el divismo y la  frivolidad encuentran entre los actores y actrices un espacio de mayor visibilidad por la naturaleza de personas públicas que tienen, pero en otros trabajos encontramos también insoportables especialistas en su ombligo, aunque su público sea reducido y cautivo (empleados, subordinados, alumnos…) y no por eso condenamos a la “hoguera de las vanidades” al grupo a los que pertenecen. A lo mejor es buen momento para recordar que cuando en EEUU se desata la caza de brujas contra los comunistas, reales o ficticios, en el “frívolo” Hollywood algunos actores, directores y guionistas dan con sus huesos en la cárcel y sufren ostracismo por defender las libertades civiles más elementales

 

No sé a ustedes, queridos lectores, pero mi vida, con alegrías y penas, como todos, se hace más amable cuando disfruto de interpretaciones sublimes en teatro, cine o televisión, poniendo carne y hueso a emociones y experiencias, con historias bien escritas y con puestas en escena de gran belleza. El binomio candidez-dignidad de Azarías en los “Santos Inocentes”  no es imaginable sin el rostro y voz de alguien de la talla de Paco Rabal y no es posible entender como éramos y somos los españoles sin un guionista como Rafael Azcona o directores como Berlanga y su peculiar forma de crear ternura y humor en medio de una guerra en “La vaquilla”. Sin el “artisteo” no tendríamos esa gran historia de amor y remordimientos protagonizada por Lucía Bosé y Alberto Closas en “Muerte de un ciclista” de Juan Antonio Bardem ni hubiéramos reído y pensado igual si Pepe Isbert no se hubiera colado en nuestras vidas en “Bienvenido Mr. Marshall” o “El Verdugo”. Perdonen la deformación profesional, pero no me resisto a recomendar a mis alumnos el memorable canto a la justicia de “Matar a un ruiseñor”, con un Gregory Peck encarnando al valiente y honesto abogado Atticus Finch. Y el cine, digámoslo todo, ha permitido que belleza e inteligencia se pusieran al mundo por montera en “Con faldas y a lo loco”, y una espectacular Marilyn Monroe. No soy un cinéfilo, pero se me ocurren centenares de ejemplos como los mencionados, ejemplos de personas que construyen visibles mundos paralelos que te hacen reír, llorar y pensar, cortando el tiempo entre un “acción, se rueda” y un “corten, fin”.
 
 
ACUÉRDATE DE LO QUE UN DÍA YO ESCRIBÍ. PALABRAS PARA LAURA

Ayer fue un día raro, el tiempo, los días, los años no dan tregua, la niña que con tres años comenzaba una etapa es ahora una mujercita noble, inteligente, guapa, terca como una mula, es ella misma, aunque a veces otro terco, como soy yo, pretenda marcar ritmos que solo corresponde a quien lo baila. Laura celebró ayer su graduación como ...bachiller, las coletas de antaño son ahora complejos procesos de adorno externo incompresibles para mí, ahora no solo se plancha la ropa, también el pelo, en fin, una cabecita bien organizada y llena de lecturas e ilusiones. Más de 90 jovencitas/os vestidos de gala y mirando a su inmenso futuro sobre su corto pasado; si Dios quiere, y la selectividad permite, se verá con su hermano mayor, Pedro, que ya anda por la Facultad de Derecho, mi querida Facultad y casa académica, estudiando y salvando el mundo, como corresponde a su edad, como hacían sus padres en nuestro querido edificio del Palo hace ya muchos, demasiados años. María es la única que sigue en edad escolar, y sus amigas/os, Lucas (nuestro perro), el baloncesto y su familia son sus prioridades en el día a día de una niña alegre y buena.

Me gustaría ser poeta para transmitir lo que siento en momentos como éstos, cuando tu hija pasa a una nueva etapa de su vida, donde se formará para ganarse la vida, pero para también ser una ciudadana ejemplar, honesta y comprometida con las causas nobles y justas. Eso es lo quiero para ella, y sus hermanos, que sean muy felices y que defiendan su dignidad luchando por la de todos.

No soy poeta, pero los leo, y José Agustín Goytisolo, uno de mis favoritos, en «Palabras para Julia» uno de sus más célebres poemas, y musicado y cantado por Paco Ibáñez y Rosa León) dedica las más bellas palabras que he leído de un padre a un hijo; la escribe Goytisolo a su hija Julia, llamada así en homenaje a su madre muerta en una bombardeo de los franquistas en Barcelona. Ayer, cuando mi hija subía a recibir su insignia sus hermanos, su madre y yo no cabíamos en el asiento del orgullo que sentíamos; estoy seguro que desde el cielo, su abuelo y su tío Manolo sentían lo mismo.

Tienes Laura toda la vida por delante, cuando te matricules para estudiar las leyes que ordena la convivencia, conocerás las miserias y las grandezas de los seres humanos, y como el Derecho es un instrumento que sirve para una cosa y la otra; dentro de tu libertad para organizar tu vida, elige siempre las grandezas, la bondad, la fraternidad, y eso querida hija, solo tiene una trinchera, la de la JUSTICIA; habrá muchos mercenarios para defender a los desalmados y los inmorales que usan a sus semejantes como un pañuelo de usar y tirar.

Cuando dentro de unos años te veas acudiendo a la graduación de tu hija o tu hijo, como decía el poeta, “siempre, siempre acuérdate de lo que un día yo escribí, pensando en ti como ahora pienso.”

http://www.youtube.com/watch?v=9LXugbHRvUg
http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&v=C7Zsb0Y8Tpg&NR=1

PALABRAS PARA JULIA
(José Agustín Goytisolo)

Tú no puedes volver atrás

porque la vida ya te empuja

como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir

con la alegría de los hombres

que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada

te sentirás perdida o sola

tal vez querrás no haber nacido.

Yo sé muy bien que te dirán

que la vida no tiene objeto

que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás

como a pesar de los pesares

tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer

así tomados, de uno en uno

son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti

cuando te escribo estas palabras

pienso también en otra gente.

Tu destino está en los demás

tu futuro es tu propia vida

tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas

que les ayude tu alegría

tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti

como ahora pienso.

Nunca te entregues ni te apartes

junto al camino, nunca digas

no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás

como a pesar de los pesares

tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección

y este mundo tal como es

será todo tu patrimonio.

Perdóname no sé decirte

nada más pero tú comprende

que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate

de lo que un día yo escribí

pensando en ti como ahora pienso.